Me estoy convirtiendo en una adicta al patinaje de velocidad, y es que la italiana con la vivo practica este deporte. Entrena todos los días 2 horas y algunas veces voy con ella para verlo y estar entretetenida, aun así, no soy la única que va a ver, porque los padres van todos los días y se quedan allí todo el tiempo viéndolo. Es impresionante, nadie se salta el entrenamiento y durante él no están ni un momento parados, además patinan al aire libre con este frío que pela.
Hace ya algunas semanas fue el campeonato italiano y yo estuve allí viendo por primera vez en qué consistía este deporte. Estuve 4 días yendo y viniendo de Pordenone a la cuidad donde se hacían. Vi como los deportistas se caían, se empujaban, se cabreaban, lloraban, ganaban… La tensión que había en el pabellón era increíble, los padres que gritaban y animaban, la gente que insultaba a los jueces y a los patinadores que empujaban.
Pero bueno, la historia con el patinaje continúa. Al ser un club un domingo de febrero tuvimos la comida con toda la gente que forma parte de él y eligieron al nuevo equipo directivo. Comimos muchísimo, aunque como siempre todo estaba buenísimo.
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